Suelos con calefacción radiante

Cuando nos planteamos un proyecto de reforma o la construcción de una nueva casa o piso, nos planteamos varias soluciones de calefacción y la calefacción radiante es una de las más demandadas, tanto por su confort en todas las épocas del año, aunque es en otoño/invierno cuando más destaca, como por su eficiencia energética.

Si está pensando en invertir en calefacción por suelo radiante, es importante saber si es compatible con los suelos flotantes, ya sean laminados, de vinilo, de parqué o de corcho. La buena noticia es que es posible combinar estas dos soluciones para crear un ambiente acogedor y confortable en su hogar.

Calefacción por suelo radiante

Calefacción radiante: la tecnología del confort térmico

La calefacción radiante es una tecnología que difiere de los sistemas tradicionales de calefacción por convección. En lugar de calentar el aire que rodea el espacio, la calefacción radiante emite calor directamente desde el suelo, irradiando hacia arriba y calentando los objetos y las personas de la habitación. Este método crea una sensación de confort única y elimina la necesidad de radiadores o ventiladores ruidosos.

Los sistemas de calefacción por suelo radiante suelen consistir en cables eléctricos o tuberías de agua caliente empotradas en el suelo. Distribuyen el calor uniformemente, eliminando los puntos fríos y proporcionando una sensación de calor suave y agradable en todo el espacio. Además, la calefacción radiante es muy eficiente desde el punto de vista energético, ya que reduce las pérdidas de calor y permite controlar mejor la temperatura ambiente.

Compatibilidad con suelos flotantes

La respuesta a la pregunta de si los suelos flotantes son compatibles con la calefacción por suelo radiante es afirmativa. Es posible instalar suelos laminados, de vinilo, de parqué o de corcho sobre un sistema de calefacción por suelo radiante, ya sea hidráulico o eléctrico. La principal diferencia entre estos suelos radica en su resistencia térmica, ya que los suelos de vinilo tienen un índice de resistencia ligeramente inferior, lo que significa que se calientan más rápidamente que los demás. Cada tipo de suelo tiene sus características específicas, así como normas para su instalación y uso en sistemas de calefacción por suelo radiante.

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Sistemas de calefacción por suelo radiante: hidráulicos y eléctricos

Hay dos opciones comunes para los sistemas de calefacción radiante: hidrónicos y eléctricos. El sistema hidráulico consiste en instalar una red de tuberías por las que circula agua para calentar y enfriar las superficies. Esta instalación es más adecuada para nuevas construcciones o reformas, ya que requiere que las tuberías se incorporen a la solera. A largo plazo, el sistema hidráulico puede resultar más económico, sobre todo si el agua se calienta con fuentes de energía renovables.

Por otro lado, el sistema eléctrico es más asequible en cuanto a costes iniciales, ya que no requiere infraestructuras especiales como calderas o bombas de calor. Es especialmente adecuado para renovaciones, ya que no requiere levantar el suelo existente. Sin embargo, puede resultar más caro a largo plazo, en función del consumo de energía. La gran ventaja de este sistema es su rápida regulación de la temperatura y su mantenimiento simplificado.

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Cuidados esenciales de los suelos flotantes en los sistemas de calefacción

Al instalar un suelo sobre un sistema de calefacción por suelo radiante, es esencial seguir la normativa específica para cada tipo de suelo y garantizar la compatibilidad con los sistemas de calefacción. Asegúrese de utilizar los accesorios recomendados por los fabricantes para optimizar el rendimiento del sistema de calefacción y proteger el suelo de posibles daños.

Además, deben observarse algunas observaciones generales en los sistemas de calefacción radiante:

        • La temperatura máxima en la superficie del suelo no debe superar los 27ºC;
        • Ajuste siempre la temperatura gradualmente al principio y al final del periodo de calentamiento para evitar dañar el suelo;
        • Las variaciones diarias de temperatura son aceptables, siempre que la temperatura máxima del suelo se mantenga dentro de los límites;
        • Mantenga la humedad relativa dentro de los límites recomendados en las instrucciones de instalación;
        • Evite la acumulación de calor debajo de alfombras, moquetas o muebles cercanos al suelo;
        • Durante el periodo de calefacción, pueden producirse aberturas en las juntas del suelo.

Importancia de la resistencia térmica y el aislamiento

Cada tipo de suelo tiene una resistencia térmica diferente, y los suelos más gruesos, como los de madera de más de 18 mm, pueden ralentizar el paso del calor. Para optimizar el sistema de calefacción, es aconsejable aplicar una capa aislante bajo el mismo. Esto permite que el calor sea reflejado por la capa aislante y dirigido a través del suelo de forma más eficiente.

Para obtener más información sobre las mejores soluciones para utilizar junto con su sistema de calefacción por suelo radiante, póngase en contacto con nuestro equipo de profesionales o visítenos en nuestra sala de exposición en Viseu.

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